Las características de la herencia
De su definición, se desprende que la herencia es universal, es decir, se hereda todo del fallecido, tanto bienes y derechos como obligaciones. Si recibimos en herencia una inmensa fortuna con numerosas deudas, al aceptar la herencia pasaremos a ser dueños de todo, incluida la obligación de pagar todas las deudas que había contraído el fallecido.
Si por el contrario, repudiamos la herencia (la rechazamos), pasará a nuestros hijos y se repartirá entre ellos a partes iguales. Es una estrategia muy eficaz para disminuir enormemente, o anular, los impuestos a pagar, al dividirse la herencia en partes más pequeñas, que pagan mucho menos que si una sola persona heredase todo (el impuesto se calcula mediante una escala que aumenta progresivamente), además de las bonificaciones y reducciones generales a las que tengan derecho.